martes, 31 de marzo de 2009

¿Qué tendrá el 13?

Una curiosa revelación es lo que he experimentado hoy: no hay una sola habitación número 13 en toda la ciudad de Pamplona. Sí, lo que "oís": ni en los Colegios Mayores, ni en los hoteles, ni en los despachos, ni en las oficinas. Nada. Algo extraño a la par que sorprendente, que, lejos de las vanas supersticiones, me hace pensar acerca de por qué ocultas razones se le tiene semejante manía al pobre 13.

Desde luego, empezar así viene al caso, porque los últimos días no han sido para menos en lo que a cosas estrambóticas se refiere. Estrambótica, aunque agradable, ha sido la noticia de que mi más apegada compañera, Iraia, se muda el año que viene a mi residencia. También ha sido estrambótico ver cómo va pululando, de repente y como quien no quiere la cosa, gente nueva por mi residencia, desde una chica llegada de Granada hasta una alemana que, con sus encantadores dieciséis, ha dado un toque exótico a la fauna de estudiantes. Ha sido estrambótico, asimismo, conocer la grata noticia de que mi mejor amiga, Arantza, va a conocer por fin al Señor del Alféizar el lunes que viene; un acontecimiento sin precedentes al que no osaré faltar. Y ha sido estrambótico el examen de Historia de España al que me he tenido que enfrentar hoy: tantas horas delante de un grueso libro para que el profesor se interese por los detalles más ínfimos. Pero bueno, ¿acaso alguien se suele acordar de Calomarde o de los krausianos con regularidad al resumir 67 años de pronunciamientos, extravagantes cambios políticos, crisis económicas y cambios sociales sin precedentes?

Cambiando de tema: quizás suba mi última práctica de CIE (sí, esas redacciones que mis amiguetes se empeñan en mostrar en la red para que les plagien... . :P) Quedé bastante satisfecha con ella, tras dos arduas horas en una cafetería observando el entorno. Algunos de los clientes me miraban con gesto extrañado; es comprensible, pues les estuve escrutando con avidez para ser detallista, todo hay que decirlo.

Más me vale ponerme a leer, para cumplir con los trabajos de Literatura, una gran y célebre, aunque un tanto soporífera, obra: Fedro, de Platón. Oh, Dios.

Me sirve de consuelo saber que ya estamos rozando la Semana Santa, plagada de planes por una vez...

Escuchando... Cut the courtains, de Billy Talent.



Genial la voz de Ben...

jueves, 26 de marzo de 2009

Receta para un puente sabroso

Los últimos días de la pasada semana pude poner en práctica mis aptitudes culinarias con una más que suculenta auto-propuesta. Lo cierto es que los buenos ratos se cocinan a fuego lento. Detallaré cómo lo hice, por si alguien se quiere lanzar a la aventura entre fogones.

Primeramente, me apoderé de un brick de tranquilidad y lo vacié en todo su contenido para cocerlo a fuego lento. Una buena base para un resultado excelente nunca ha de faltar.

Con la tranquilidad ya en la sopera, recurrí a una buena ración de buen humor: siempre es preciso tenerlo a mano, aunque sea un poco, para que cualquier preparado esté debidamente salteado y no se quede soso.

Parecía que las cosas estaban saliendo bien con esa fórmula, así que me atreví a añadir ingredientes más picantes. Empecé utilizando un paquete de esfuerzo, aliñado con cucharaditas de constancia: un toque agridulce nunca está de más.

Pronto llegó el momento de subir la temperatura y usar el ingrediente estrella: sendos botes de amistad en estado puro. Natural al 100 %, mi comidilla empezó a desprender un agradable olor. Visto lo visto, todo estaba saliendo a pedir de boca. Espolvoreando la mezcla con planes fiesteros de sábado noche, el interior de la cacerola adquirió un alegre color digno de ser recordado.

No podía faltar, como guinda final, una cucharadita de dulzura. Esa cucharadita que me aconsejó añadir él, un gran cocinero, y que sin duda no fue nada desencaminada...

Voilà. No me fiaba demasiado de mis habilidades culinarias, pero la cosa no salió nada mal. De hecho, logré cocinar un puente realmente sabroso.


La siguiente receta, para lo que queda de semana, precisará, aproximadamente, de los siguientes ingredientes base: dos cucharadas soperas de alegría (que nunca viene mal), una caja bien llena de más esfuerzo, una pizca de ánimo, para ahuyentar los sabores agrios... y, por supuesto, un poquito de aliño dulce.

Escuchando...Lies, de Billy Talent.




Preferiblemente, que no falte música en cantidades industriales en todas las recetas.

jueves, 19 de marzo de 2009

Pseudo-puente, pentaversario y demases


Ahí estaba yo. Sentada en un banco de madera de la Avenida Roncesvalles. Más bien acomodada a mi modo, colocándome de diferentes maneras para observar con detenimiento lo que me rodeaba: avistar esas vallas de la Plaza de Toros, tratar de recordar cómo se llamaban esos adornos renacentistas colocados sobre las rectangulares ventanas del edificio de enfrente u oteando en la lejanía el archiconocido monumento del encierro. Y es que no se me ocurrió otra cosa que echarme a la calle, cual periodista en acción, a tomar nota de lo que veía. En un principio iba a ser una rigurosa recolección de datos, pero las cosas no salieron así. Lo que iba a ser un mero ejercicio de observación rápida, estaba destinado a convertirse en un efusivo paseo. Y es que los detalles más ínfimos emocionan. Una se percata de todo lo que hay alrededor, todas esas pequeñas nimiedades que habitualmente no capta; desde luego, estoy segura de que esto es lo mío. No cabe ninguna duda: ¡cómo se puede disfrutar por el simple hecho de mirar, nada más que mirar y fotografiar, y escribir acerca de lo que está a nuestro alrededor! Lo que puede estimular una simple práctica universitaria...

Eso es lo que hice el 17 de marzo, cuando despuntaban los primeros rayos de sol de esa tarde cuasi primaveral. Y es que ese día fue el día del pentaversario, por el que sólo me queda deshacerme en agradecimientos hacia una de las personas que más dulcifica este mes de marzo, y espero siga haciéndolo los siguientes. Y ese día continuaba haciendo buen tiempo. Resulta que no, mi predicción no resultó ser tan acertada como yo creía, porque Pamplona sigue bañada de luz y empapada de calor. Obviamente, las extensiones de césped de la universidad están a rebosar de estudiantes en manga corta que adoran la buena temperatura.

Una semana extraña donde las haya, pues el pseudo-puente no ha dejado de alegrar a nadie, aunque, claramente, mucho mejor que la anterior. Digo pseudo-puente porque, en realidad, la fiesta correspondía al día de hoy (día de San José, más conocido como Día del Padre) Mañana, nanay. Pero la mayoría de los universitarios nos hemos tomado la libertad de concedernos nuestro propio día de fiesta. Al fin y al cabo, para dos horas de clase que tengo mañana... (mecanismo de auto-consolación)

Vuelta a Tudela tras casi un mes en la capital del reino. Vuelta a casa. Vuelta a los padres. Vuelta a la hermana. Vuelta a las amigas... vuelta a Arantza. Nos espera un finde completo, o al menos interesante :) (con planes todavía no definidos, pero eso es una constante, nos gusta improvisar)

Volviendo a lo de antes, qué gracioso fue cuando estaba enfocando la esquina de la calle Paulino Caballero con mi cámara (digital) prehistórica y un simpático ejecutivo (nombre que le he asignado) me soltó, escrutándome con aire interesado: ¿Me decías algo a mí?

Desde luego, ¡cuánto se desea aparecer en los medios de comunicación! ¿Y de verdad tenía yo pinta de entrevistadora para que me dijera eso?

Escuchando... Los tejados, de Cómplices



Dentro de mi amor por el guitarreo... adoro el pop de los 80-90. Eso sí que era buen pop, no el de ahora (que, para mi gusto y en general, deja mucho que desear)

lunes, 16 de marzo de 2009

Con el pie izquierdo

Cuando se te echa encima un día no muy bueno... mejor evadirse con otras cosas antes que relatarlo insípidamente. Opto por dejar constancia de lo que mi amiga Iraia ha escrito sobre mí.


¿Quién me iba a decir que en mi primer día universitario iba a encontrar a una chica con unos gustos y una manera de ser tan parecida a la mía y que se convertiría en la persona que más me conocería en los próximos meses? Nadie. Pero, por suerte, esa persona apareció. Tudelana de nacimiento, vino a Pamplona para que se hiciera realidad un sueño común: convertirse en periodista.

Ella es Marta; Marta González Coloma. Una chica con la que comparto muchas cosas, pero no el físico precisamente. Parecemos Zipi y Zape en versión femenina. Tiene el pelo moreno, largo y ondulado aunque a veces hace uso de las planchas y aparece con el pelo liso. Sea como sea, luce su melena al aire o lo recoge de una manera de lo más chic pero siempre con un mechón que le llega a la comisura del labio. ¡Muy guapa de cualquier manera! Se aprecian unos ojos marrones oscuros que no se distinguen del todo en la lejanía y parecen negros. Debajo de estos preciosos ojos nos encontramos con unos graciosos mofletes, una nariz respingona y una boca pequeña con unos labios carnosos y unos dientes blancos como la nieve y alineados de una manera espléndida.

De todas maneras, la distinguirás por su forma de vestir. Acostumbra a llevar un foulard o pañuelo anudado al cuello para resguardarse del frío, como complemento imprescindible en su atuendo. Viste de manera informal; vaqueros y camisetas aunque lo combina con prendas más elegantes como son las camisas o chalecos.

Pero si la ropa no es una buena pista para diferenciarla entre los trescientos alumnos del primer curso de la Facultad de Comunicación, pronto sabrás quién es por su carácter. Se caracteriza por ser una chica muy abierta que habla de cualquier tema sin importarle el receptor. Por ello, ha conseguido muchos amigos en poco tiempo. Amigos que no pierde con facilidad puesto que valora mucho la amistad y nunca rechaza una cena o un café con sus compañeros. Siempre está con ellos y da muestras de cariño por doquier. Ellos muestran la misma actitud cuando ella tiene un momento de bajón. Esto tiene lugar porque es una persona que se preocupa mucho por cualquier nimiedad y le da muchas vueltas hasta que se soluciona.


En sus estudios es muy cuidadosa. Estudia siempre por adelantado para no agobiarse en los días previos a los exámenes y es muy perfeccionista porque no se conforma con ningún resultado y siempre intenta mejorarlos. ¡Realmente imposible, es una chica de sobresalientes! Pero, claro, esto no sería posible sin una buena organización. Todas sus pertenencias están ordenadas de una manera brillante y sabe dónde está cada cosa. Además, es muy responsable y trata de pasar todos los apuntes a limpio porque le gusta que todo esté sin ningún tachón.


Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Marta es una chica muy expresiva y cuando intenta explicar algún problema o suceso negativo que ha tenido con otra persona, se mete tanto en la situación que todos sus sentimientos salen a flote. Le cuesta controlar su enfado, y esto puede llevarle a disgustarse con otro amigo que no estaba implicado. Por otro lado, su tono de voz es muy alto y en ocasiones sin darse cuenta puede molestar a los demás porque atrae la atención de todos y no deja que se centren en sus conversaciones.


Su tiempo libre lo dedica a diferentes actividades. Le gusta combinar las más cotidianas con otras un poco rocambolescas. Le encanta adentrarse en historias encerradas en libros tan dispares como el último best seller o un libro histórico. Sin embargo, en la música es más propensa a escuchar canciones que tengan un sonido de guitarra eléctrica aunque no hace ascos a ningún estilo musical. Amante del cine, disfruta viendo cualquier película dependiendo del estado de ánimo en que se encuentre. Hay momentos en que prefiere ver una película de risa y otros en los que tiene ganas de aprender algo nuevo gracias a los films históricos. Eso sí, si eres de los que necesita un silencio absoluto en la sala y que echa miradas asesinas a aquellos que hablan durante la proyección de la película, Marta no es la acompañante ideal. A menudo hace alusión a alguna escena o diálogo que le ha parecido interesante sin darse cuenta de que lo hace en un tono alto y que puede inquietar a algún cinéfilo que se encuentre en la sala. Aunque a los amigos nos encanta esta característica suya, tan diferente a la nuestra.

En cuanto a los gustos culinarios, come de todo exceptuando la berza. Una berza que sí la come en los rollitos de primavera que pueden ser degustados en los restaurantes chinos. Debido a su afán por quitarse unos kilos, ha intentado dejar de lado manjares como el chocolate aunque sin demasiado éxito. ¿Alguien se puede resistir a estos placeres que nos da la vida? Cada cultura tiene su gastronomía y nada mejor que viajar para conocerla. Ésta también es una afición de Marta. A pesar de que últimamente viaja menos de lo que le gustaría, ha visitado otros países y ha conocido otras culturas. Países como Francia, Inglaterra o Canadá.

Estos son hobbies que todos compartimos en mayor o menor medida. Sin embargo, hay otras aficiones de Marta que no son tan comunes. Si eres una persona muy nerviosa, no es recomendable ir con ella a tomar un café. Disfruta rompiendo servilletas o terrones de azúcar como forma de entretenimiento. En el mismo lugar, en la cafetería, también encontramos otra de sus aficiones no tan populares. Empleando la observación que le caracteriza en todos los ámbitos, durante su estancia en el recinto, se fija en los comensales de las otras mesas y empieza a desentrañar los parentescos y a descubrir e imaginar las profesiones que desempeñarán dichos clientes. Una actividad curiosa donde las haya, pero que para mí no es tan extraña porque la comparto.

Esta es Marta, con sus virtudes y defectos, y también con sus aficiones. En algunos conceptos coincidimos, en otros no, pero juntas formamos un buen tándem.


¿Qué, estáis de acuerdo?

Escuchando... Sleeping with ghosts, de Placebo.



Totalmente estremecedora.

sábado, 14 de marzo de 2009

Se asomaron unos tímidos rayos de sol...


... y se hizo la luz en Pamplona. El buen tiempo ha llegado, señores. Es cierto que te sube el ánimo, pero también es cierto que a mí, particularmente, me atonta bastante. Estoy más espesa que de costumbre hasta que me hago a la nueva temperatura; por alguna inaudita razón el invierno ayuda a mantener mi cerebro frío y mis pensamientos más en su sitio. De todos modos, no me fío nada de que esta oleada de calor primaveral vaya a durar mucho. Esto es la capital navarra, y hasta en San Fermines por la noche hace un frío que pela.

El resultado de este calorcito ha sido, además de que nos hemos tumbado bien a gusto en la hierba de la explanada de la facultad (atestada de gente, muchos "estudiaban", aunque pongo en duda dicha acción a juzgar por sus caras de felicidad...) que me ha dado por meter la pata a diestro y siniestro. Ya no sólo soy tan torpe como para pegarme tortas sin ton ni son (eso es algo implícito en mi naturaleza), sino que más bien no me he dado cuenta de que he sido poco cauta y poco fina a la hora de medir mis palabras. El resultado ha sido que he hecho daño a gente que quiero, y que eso me ha hecho sentir mal, terriblemente mal... Lo único que espero es que las cosas se encaucen enseguida, yo estoy dispuesta y esas personas, en especial una, parecen también estar dispuestas a que todo vuelva a su curso habitual.

Por lo menos nos hemos quitado un peso de encima: el examen de Antropología, aunque para muchos creo que va a ser un peso más... Estaba hecho a mala leche, pero seamos optimistas, por lo menos algunos estudiamos por adelantado (tiene que servir de algo, ¿no? :S)

A todo esto, ¿por qué a mis amigos bloggers de fCom les ha dado por publicar sus prácticas? Es bastante curioso. Yo lo haré cuando me parezca que merecen mucho la pena :)

El post de hoy se queda aquí, porque las ganas son limitadas, sólo las de dejar constancia de estas extrañas temperaturas... y también de esta extraña semana. Más vale que la siguiente sea mejor. ¡Por lo menos tenemos un pseudo-puente!

Ah, no he de olvidarme del acontecimiento por antonomasia de esta semana. Mi amigo Álex dispone de una tremenda imaginación y uno de mis compañeros de clase, Santi, de mucha... digamos valentía. Y es que dijo esto acerca de un poema que estábamos comentando en clase de Literatura, dirigiéndose al profesor directamente y teniendo como audiencia a casi un centenar de alumnos:


La prueba (1981)

Del otro lado de la puerta un hombre
deja caer su corrupción. En vano
elevará esta noche una plegaria
a su curioso dios, tres, dos, uno,
y se dirá que es inmortal. Ahora
oye la profecía de su muerte
y sabe que es un animal sentado.
Eres, hermano, ese hombre.
Agradezcamos los vermes y el olvido.

Jorge Luis Borges

Comentario en público de Santi:


Sin pretender que esto suene obsceno, me da la impresión de que el autor se está refiriendo a algo tan corriente como un hombre cagando.


Jolgorio general, carcajadas, y mucha, mucha sorpresa ante tal revelación. Y luego resulta que era cierto: el profesor le dio la razón. El poema es una burla de Borges, que alude a la muerte pero desde la perspectiva de un hombre defecando. Con perdón, ¡MANDA HUEVOS!

Qué cosas tiene la literatura.

Escuchando... The Piano Knows Something I Don´t, de Panic! At The Disco



Un nuevo disco con una mezcla de estilos muy pero que muy sorprendente.

martes, 10 de marzo de 2009

Para ella

Resulta bastante paradójico que siempre hayas tenido algo claro, tan claro que te des con un canto en los dientes el día que, de improviso, toda esa claridad se vuelve difusa. ¿Por qué?, quizás te preguntes. Es difícil tener unas convicciones homogéneas, con peso y que mantengas durante mucho tiempo. Cuando las encuentras, has de sentirte orgullosa. Pero resulta que llega un día en el que te percatas de que todo eso se puede desmoronar, y es curioso descubir que eres tú la única culpable de la caída de todas esas fichas de dominó que has ido colocando una a una, con esfuerzo, poquito a poquito...

Verdaderamente, no siento que haya echado a perder mi castillo de naipes. Más bien considero, con la cabeza fría, que necesita una reconstrucción; una reconstrucción evidente y de carácter un tanto urgente, por lo menos si deseo mantenerlo en pie. Otra cosa es que no quiera hacerlo. Sin embargo, estoy segura de ello. Quiero que, en mi calidad de aprendiz, pueda llegar a ser un día una buena arquitecta de las palabras.

No obstante, el camino no es para nada sencillo. Nada es tan fácil como parece; y si bien siempre he sido una persona lo suficientemente constante como para no darme por vencida ante una tontería, estos últimos días han sido unos días de revelaciones, revelaciones internas que, aunque sólo se desarrollen en mi interior, me causan algún que otro estrago.

Ella ha estado conmigo desde prácticamente mi niñez. La he querido, la he adorado con toda mi alma y lo sigo haciendo. Gracias a ella, he construido mis propios mundos, mis historias. Ha sido testigo de mi alegría, de mi tristeza, de mi mal humor, de mi esperanza y también de mi desesperanza. No hay nada que haya secado tanto mis lágrimas como un folio en blanco. No hay nada que haya contribuido tanto a que me desahogue, a que saque la rabia que llevo dentro, o la felicidad, o cualquier otra emoción que haya surgido en mí.

Ella, mi pequeña pero tan grande afición, no sólo ha resultado un modo de evasión o de disfrute. También ha sido la que me ha propuesto un futuro. Un futuro que, de salir bien, sería toda una experiencia, una maravillosa experiencia que anhelo desde mis mismísimos ocho añitos de edad.

Esto es para ella. Para esa fiel amiga que nunca me ha abandonado. Para esa compañera con la que siempre he podido contar. No es una persona, no es un animal, no es un ser viviente en el sentido físico. Pero sí vive, y de una manera muy intensa, en mi interior. Y está presente en todas partes, incluido este post... este minimalista homenaje es para ti, la escritura.

No voy a rendirme. A veces te me encabritas, pero, como en toda buena amistad que se precie, los vínculos han de forjarse con alguna que otra discusión. Y no pienso perderte como amiga. De hecho, pretendo que continúes siendo la mejor amiga que he tenido jamás.

Todo esto me hace recordar lo que escribí acerca de ti no hace más de un año...

Leyéndolo... Magia

¿Alguna vez has pensado en las pequeñas cosas que dan sentido a tu existencia? Tomar un papel en blanco, inspirar su aroma… acaba convirtiéndose en un instante único. Algo tan sencillo como llenar de tinta una hoja hace rebosar en tu interior cientos de emociones insospechadas. Navegas por el mar de la imaginación, descubres tus propias historias y te topas con sensaciones que ni siquiera creías conocer.

Lo que para otros es simplemente garabatos, a mí me hace vivir. Esas motitas de diversas formas no son más que comunicación, expresión y liberación. Combinándolas, puedes conocer a una persona sin mirarle a los ojos. Encajándolas, puedes introducirte en otro universo y evadirte del tuyo. Se trata de un dulce puzzle que debes construir. La diferencia reside en que está permitido seguir tus propias reglas.

¿Qué es éso tan abstracto que acabo de describir? Hay gente que lo denomina talento. Otros dicen que se llama inspiración. ¿Tal vez sensibilidad? Ciertas personas se asombran ante estas preguntas que me formulo. Algunos dicen que soy bohemia. Para mí sólo es magia. La magia de las letras.


Porque en la vida encontrarás que el éxito comienza en la voluntad del hombre... todo está en el estado mental.

domingo, 8 de marzo de 2009

Entre el deber y el querer


Más o menos esa es la definición de esta última semana.

Deber porque... apenas quedan cinco días para nuestro primer examen del segundo cuatrimestre, y también nos encontramos bajo la amenaza de jornadas de estudio histórico hasta el día 31... Todo ello aderezado con las nuevas prácticas de CIE, a las que hay que añadir un tedioso taller de ortografía que empieza este mismísimo miércoles (y digo lo de tedioso porque sé que lo será...) Menos mal que siempre hay gente dispuesta a estudiar, o al menos a intentarlo. Siempre nos quedará en la mente la explicación de Losing My Religion, algo es algo :P

Querer porque... esta semana ha estado tan repleta de planes, la mayor parte improvisados, que no nos hemos podido quejar de diversión, especialmente los estudiantes de la Facultad de Comunicación, pues tuvimos un entretenido Día del Patrón el miércoles pasado. Otra cosa fue la fiesta de la noche anterior, a la que no asistí ya que me decanté por fiestear el jueves con algunas chicas de mi resi. Lo que está claro es que esa fiestita dio de sí, y si no, que se lo pregunten a nuestra amada rubia Iraia :D

La noche pamplonesa no tardó en llamarme ayer, aunque me llamó de una forma rara y peculiar. Volví a los dominios de la fiesta de la capital navarra, pero más bien por unos instantes, pues el Señor del Alféizar no tardó en secuestrarme entre murallas... :)

Pocas ganas, extraño humor y necesidad de dormir. Eso es lo que me hace falta, y eso es también lo que espero tener para el próximo post. De momento, aquí queda la cosa. Pronto, algo más trabajado.

A trabajar un poquitín, que enseguida llegará el "puente virtual" del 19 de marzo y, si nos ponemos, Semana Santa (por ahora, carencia de planes, pero abundancia de proyectos, señores...)

Qué guapo estás con traje. Pero qué guapísimo.

Viendo... Escena de Moulin Rouge.



¡Quiero aprender a bailar tango!

lunes, 2 de marzo de 2009

Aquel simpático lector del alféizar

Permitidme que me ponga cursi, pero a veces no está de más hacerlo. En determinados momentos es incluso necesario. Y este es uno de esos momentos.

El señor del alféizar... Ese desconocido personaje para muchos, pero tan descomunalmente importante para mí que todo lo que quiero decir acerca de él no cabe en un saquito de palabras como este. Desde que entré en su señorío, este pequeño déspota no ha hecho más que descolocarme, ingeniárselas para sorprenderme y darme tanto que a veces me alegra que impere el total desorden en nuestro privado reino.

Tras estos idílicos e inexplicables días, todo lo que pueda divagar sobra. Mejor decir, a manera de conclusión, que no había sido tan feliz desde hacía mucho, pero mucho tiempo. Y con eso ya digo demasiado, él lo sabe. Nunca tan pocas horas de sueño me habían hecho estar tan lúcida.Y hacía tanto tiempo que no lloraba de felicidad... De absoluta y verdadera felicidad.

Y es que todavía no entiendo por qué yo. Sí, ¿por qué precisamente yo he sido tan afortunada? Tremendamente afortunada por encontrarte, y después conocerte, para luego quererte tanto que me cuesta explicarlo con palabras, mis amadas palabras que todo lo solucionan.

En ninguno de esos primeros días de octubre me dio por pensar que aquel enigmático muchacho de la librería iba a ser tan especial en un futuro y no un mero encuentro casual. En ningún momento de ese mes de octubre se me ocurrió aventurar que alguien tan genial pudiese estar interesado en mí de tal manera. Acontecida mi subida al trono, en ningún instante de ese mes de octubre llegué a pensar que mi por entonces efímero reinado pudiese alargarse tanto. Poco a poco me fui percatando de que, aquel que en un principio parecía un despótico señor, era la cosa más encantadora que había pisado la tierra. Y... ¡milagro! Esa cosa me prestaba atención. De hecho, le importaba. Era algo increíble.

Aún más increíble es que, después de cinco meses, cada día mi sorpresa aumente si cabe. Sorpresa porque no puedo creer que alguien tan maravilloso siga a mi lado. Soy incapaz de asimilarlo. Ojalá que el señorío jamás me cierre sus puertas...

¿Estoy soñando, verdad? Pellízcame, anda.

Te quiero.



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