Esta mañana me ha ocurrido algo que me ha impresionado bastante. Yo estaba tan tranquilamente sentada, organizando apuntes y preparando el material para la clase de Literatura cuando, de repente, ha sucedido.
En realidad no ha sido nada fantástico ni sobrenatural. Pero sí que se ha tratado de algo chocante.
Ensimismada, en esos instantes me he dado cuenta de que alguien se estaba refiriendo a mí. He levantado la cabeza y he comprobado que esa voz un tanto familiar respondía a la de una compañera a la que apenas conozco (somos más de 100 alumnos en 1º de Comunicación) y con la que recordaba haberme cruzado la tarde anterior por la facultad. Esa tarde me había preguntado exactamente lo mismo, pero dirigiéndose a mí, claro está. También había añadido que si tenía unos apuntes de no sé qué asignatura que le había dejado una Fulanita (no daré el nombre) Yo había respondido negativamente y ella se había ido. Punto.
El caso es que dicha Fulanita estaba sentada a mi vera esta mañana. Fulanita, la verdad, ni me va ni me viene. Parece una chica simpática, pero he de admitir que apenas la conozco. Un día (hace no mucho) se sentó conmigo y con mis amigos en un determinado momento y ahí se quedó. La clase es de todos, y da buena conversación.
A lo que iba. Fulanita ha mirado a la compañera desconocida con gesto pícaro y le ha respondido con aire alegre que no, que yo no era Marta García, sino Coloma (en realidad soy González, pero es lo de menos, la gente se queda con mi segundo apellido) A todo esto, yo parecía ajena a la conversación (aunque mejor así), aunque girase en torno a mí.
Risita nerviosa de Fulanita. La otra muchacha, que no parecía tan tonta como para comprobar que se la habían jugado, arruga el ceño y la mira con furia.
Cuando ya se ha ido, miro a Fulanita un poco consternada y le pregunto:
Luego pretenderemos que la gente nos trate bien si nos "divertimos" a costa de ellos... Hay que tener narices.
¿Será que el respeto escasea?
En fin. Lo que da de sí una hora de Rosseau (soñolienta, por cierto)
Escuchando... Se dejaba llevar, de Antonio Vega.
Se nos ha ido un genio de la canción...
En realidad no ha sido nada fantástico ni sobrenatural. Pero sí que se ha tratado de algo chocante.
¿Es ella Marta García?
Ensimismada, en esos instantes me he dado cuenta de que alguien se estaba refiriendo a mí. He levantado la cabeza y he comprobado que esa voz un tanto familiar respondía a la de una compañera a la que apenas conozco (somos más de 100 alumnos en 1º de Comunicación) y con la que recordaba haberme cruzado la tarde anterior por la facultad. Esa tarde me había preguntado exactamente lo mismo, pero dirigiéndose a mí, claro está. También había añadido que si tenía unos apuntes de no sé qué asignatura que le había dejado una Fulanita (no daré el nombre) Yo había respondido negativamente y ella se había ido. Punto.
El caso es que dicha Fulanita estaba sentada a mi vera esta mañana. Fulanita, la verdad, ni me va ni me viene. Parece una chica simpática, pero he de admitir que apenas la conozco. Un día (hace no mucho) se sentó conmigo y con mis amigos en un determinado momento y ahí se quedó. La clase es de todos, y da buena conversación.
A lo que iba. Fulanita ha mirado a la compañera desconocida con gesto pícaro y le ha respondido con aire alegre que no, que yo no era Marta García, sino Coloma (en realidad soy González, pero es lo de menos, la gente se queda con mi segundo apellido) A todo esto, yo parecía ajena a la conversación (aunque mejor así), aunque girase en torno a mí.
¿Y quién es Marta García entonces?
Risita nerviosa de Fulanita. La otra muchacha, que no parecía tan tonta como para comprobar que se la habían jugado, arruga el ceño y la mira con furia.
-¿Así que no hay ninguna Marta García? ¿Entonces no dejaste a nadie los apuntes? ¿Me has mentido?A Fulanita no parece importarle ni lo más mínimo lo que la alumna desconocida masculla. En realidad, parece seguir mofándose de ella. La otra se va con gesto enojado y le dice algo de lo que no me acuerdo bien, pero que con seguridad no era agradable que digamos.
-Bueno..., sí. Je, je.
-Oye tía, que si no quieres dejármelos no hace falta que me metas trolas. ¿Tú te crees que soy tonta, o qué?
-Mmmm, vale.
-No, vale, no. El vale lo diré yo.
-No, yo. Vale.
-¿Pero tú quién te crees para acabar la conversación, eh? (se dirige a una amiga que está en la fila de atrás y baja el tono) Qué humitos, a ésta le voy a pegar una h*****...
Cuando ya se ha ido, miro a Fulanita un poco consternada y le pregunto:
-¿Por qué le has hecho eso? Si no querías dejárselos, se lo dices y ya está, ¿no?Me viene a la cabeza el refrán típico de mi abuela que tanto me encanta: "El mejor desprecio es no hacer aprecio".
-Es que me cae muy mal.
-¿Y qué?
No sé, vino a mi habitación (parece que "conviven" en la misma residencia y tal) y me los pidió. Yo no quería dejárselos y me apetecía divertirme.Me ha dejado ojiplática.
Pues luego no te quejes si te viene a decir las cosas de esa mala leche...Se queda callada y sigue a lo suyo, aún encima esbozando su característico mohín de suficiencia.
Luego pretenderemos que la gente nos trate bien si nos "divertimos" a costa de ellos... Hay que tener narices.
¿Será que el respeto escasea?
En fin. Lo que da de sí una hora de Rosseau (soñolienta, por cierto)
Escuchando... Se dejaba llevar, de Antonio Vega.
Se nos ha ido un genio de la canción...
5 comentarios:
qué gente... en el fondo es una buena excusa para no dejar los apuntes.. xDDDDD
Arantza
Deberíamos, sobre todo, aprender a ser consecuentes.
Arantza: sí, buena excusa pero muy canalla por su parte xD
Berta: graaaan frase :)
También es verdad que las tías sois más sensibles a estas cosas, y más dadas a haceros puyas "retorcidas".
No os tiréis encima, vaya por delante que estoy generalizando horrores :-) Me baso en cómo has dramatizado una escena que no me parece para tanto. Estamos hablando de unos apuntes, no de unos cuernos XD (eso sí, como broma en sí la verdad es que no le veo ni puta gracia, así que eso de "divertirse"...).
Jajajaja, quizá lo he "dramatizado", pero seamos sinceros: si una persona hace esto con unos inocentes apuntes, también puede divertirse a costa de la otra engañándola con otras tonterías.
Y lo cierto es que fastidia, aunque sean apuntes :P
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