martes, 16 de junio de 2009

Vuelve...

Es lo único que te pido.

Hace tiempo que te escribí, y hoy me he visto impulsada a hacerlo de nuevo. Da la impresión de que la única forma de llevar a cabo un llamamiento potente es a través de estas teclas. Quizá sea, de hecho, la única manera de tenerte conmigo.

Parece que no te necesito, que no te echo de menos, que no te quiero ni lo más mínimo. Mas te equivocas tanto..., pues eres una de esas afortunadas que da sentido a mi vida. Porque contigo soy, realmente, yo misma.

Sin embargo, te he menospreciado: te he ignorado, no te he dedicado tiempo, y ni siquiera me sentía culpable por ello. Cualquier excusa valía: "estoy agobiada", "es el estrés", "necesito despejarme, no me voy a poner a eso...", "entre una cosa y otra...", "cuando acabe con esto le dedicaré más tiempo", "bueno, no pasa nada, en verano lo soluciono..."

Mi pequeña, mi pequeña y dulce criatura, ¿no te das cuenta de lo que te he hecho? Tanta felicidad, tantos buenos momentos me procuraste..., y ahora no soy capaz de corresponderte. No he tenido el ánimo, el empuje, el valor necesario para volver contigo de pleno. Lo paradoja es que, de haberte dedicado unos cientos de milésimas de segundo más, me habrías ayudado a sentirme mejor, a ver las cosas mejor, a ser mejor.

Y es que siempre eres complaciente. Jamás me entregas nada que no sea una sonrisa, una satisfacción, o al menos un sueño. Contigo los exámenes, las riñas, los planes frustrados, la impotencia, la nostalgia, la tristeza, y toda sensación negativa imaginable se quedan en suspenso mientras estás junto a mí.


Ésta es la verdadera: prometo volver a tu lado cuanto antes. Gastaré más tinta que nunca... porque lo mereces.

Escuchando... Christie Road, de Green Day.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y la palabra escrita, que enamora de una manera vital.

Powered By Blogger